Es una variante casi natural de la Ley de Murphy; hemos pasado determinado tiempo buscando trabajo y de manera inesperada nos surgen dos o más propuestas de empleo.

O quizá también, visto desde otro escenario, no estábamos buscando un nuevo puesto cuando de pronto, alguien de nuestra red de contactos nos hizo una oferta laboral que resulta tentadora.

¿Qué hacer? ¿Cómo saber cuál es la oportunidad de empleo que más nos conviene?

De entrada, hay que ser conscientes de que es una decisión que requiere de una reflexión profunda y que por lo tanto, hay que invertir tiempo suficiente en analizarla. El peor error que podemos cometer es tomar una decisión apresurada y no hacer un análisis detallado de nuestras alternativas.

Otra decisión equivocada que suele tomarse en este tipo de disyuntivas es la de hacer una elección basados en el sueldo mensual, sin tomar en consideración otra lista de factores como el paquete completo de prestaciones, las oportunidades de crecimiento y proyección profesional en la empresa, el ambiente laboral o las opciones de capacitación.

Por otro lado, no sólo hay que ver los aspectos generales sino las particularidades del nuevo puesto, por ejemplo, si es realmente una función en la que queremos desempeñarnos, si cubrimos el perfil o si esta nueva tarea tiene que ver con nuestras expectativas en términos profesionales.

Estas son los consejos que te comparte el equipo de Jobomas para ayudarte a definir la mejor oferta de empleo:

La estrategia

El objetivo de un nuevo empleo deber ser en principio: progresar. Teniendo esto en mente, automáticamente podemos descartar las opciones que implicarán un estancamiento o en las que no vamos a adquirir nuevos conocimientos.

1. Define tu objetivo. Esta debe ser tu prioridad en cualquier circunstancia: tener claras tus metas. Analiza lo que quieres para ti en los planos personal y profesional a corto, mediano y largo plazo. Al ser consciente de tus objetivos, te será más fácil definir tu rumbo.

2. Hazte preguntas contundentes. Es más sencillo de lo que parece, analiza la situación y cuestiónate: ¿es posible que en los próximos cinco años te arrepientas de no haber tomado esta oportunidad? No dejes espacio a las benevolencias, utiliza sólo “sí “ o “no” y de manera automática tendrás la respuesta.

3. Analiza tus sensaciones. Experimentar nervios e incertidumbre es natural pero es necesario saber distinguir si lo que tenemos es miedo a salir de nuestra zona de confort o si sólo es el miedo a experimentar algo nuevo. Ambas cosas son muy distintas. Distingue si tus emociones son positivas (entusiasmo, curiosidad, etc.) o negativas (inseguridad, ansiedad).

Una vez que haz hecho esta evaluación, analiza las cualidades particulares de cada oferta y asígnales importancia según tus metas.

Compara.

Dibuja una tabla en la que puedas cotejar las ventajas y desventajas de cada propuesta que van desde situaciones muy particulares hasta condiciones generales como el área de trabajo. Es bien importante tener presentes que a veces pasamos por alto como la ubicación de la oficina, el tiempo que haremos para desplazarnos, las rutas de transporte y los costos además de los horarios.

Básicamente esta es una lista de algunas de las cualidades que conviene calificar entre dos ofertas distintas:

1. Nuevos retos: 20%

2. Oportunidad de crecimiento: 20%

3. Equilibrio personal-laboral: 15%

4. Prestaciones y beneficios: 10%

5. Afinidad con el cargo y los objetivos: 15%

6. Ambiente laboral y cultura empresarial: 10%

7. Crecimiento del sector: 10%

Total: 100%.

Deja las puertas abiertas.

Rechazar una oportunidad de empleo no es sencillo y hay que hacerlo de manera que la empresa que hizo la oferta, no perciba un rechazo particular y no niegue una oportunidad posterior.

Siempre hay que comunicarle nuestra decisión a la organización que invirtió tiempo y recursos en seleccionarnos para mantener una buena relación con la misma y sobre todo, para demostrar nuestro profesionalismo y seriedad en una circunstancia de este tipo. En algunos casos, la empresa agradecerá que puedas recomendar a alguien calificado que pueda ocupar el puesto.

Antes de tomar una decisión final, recuerda que sólo tú conoces aquello que puede brindarle equilibrio a tu vida personal-laboral así que confía en tus talentos y no dejes que ningún miedo limite tu desarrollo.

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