¿Eres o tienes un empleado quejumbroso? Jobomas te pone en alerta para que no te conviertas en uno o si tienes uno en tu empresa, saber cómo lidiar con él.

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¿Hay alguien que no conozca a una persona quejumbrosa? en Jobomas.com te ponemos en alerta para que no te conviertas en uno o si tienes uno en tu empresa, saber cómo lidiar con él. No hablamos del que no trabaja, del no implicado, del que está siempre por debajo de lo esperado e incluso de lo permisible. No, de ese no hablamos. Hablamos del que “cumpliendo” con su cometido, a veces con brío y otras veces a regañadientes, pero siempre se está quejando y desgasta.

¿Y de qué se queja?

De lo mucho que trabaja, de la falta de tiempo, de que la manera en que se le transmiten las tareas u objetivos, de las herramientas usadas, de lo confuso, del cometido y hasta de lo poco que cobra, del frío, del calor, del hambre, y de la prima de riesgo. El caso es quejarse. 

La queja tiene un alto componente de “llamada de atención” o simplemente de justificación perpetua de su situación de “empleado enfrenta a sus superiores”. 

Frente a ellos, si queremos frenar el desgate, tres posibles actuaciones:

a) Rebatir cada queja desde lo objetivo. Puede ser buena opción si se tiene tiempo, si se quiere dar una imagen de “comprensión”, o si estamos convencidos que servirá de algo.

b) No hacer caso. Suele ser lo habitual. Hay “canciones” que de tanto escucharlas, ya se nos hacen parte del sonido ambiente y dejamos de prestarle atención. Solo garantiza que la cosa “no vaya a más” ni “a menos”.

c) La tercera, reaccionar en sentido contrario. Gente que afirma “no tiene tiempo” se le contesta con más trabajo. Gente que se queja de las herramientas, se les hace trabajar más sobre ellas, gente que se queje de los criterios, se les pide que documenten lo hecho. Queja = Más tarea sobre la queja.

¿Y cuál aplicar? Terreno subjetivo, cada persona, cada situación, quizás necesite una actuación u otra, analice o vaya probando a ver cuál le resulta más cómoda. Y si quiere un consejo, aunque sea muy generalista, las tres actuaciones pueden conjugarse de la siguiente forma: 

  • Al quejoso “primerizo”, sentémonos a hablar con él.
  • Al ocasional, indiferencia.
  • Y al habitual, más tarea.

Fuente: Villahermosa Empleos

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